Estos cuerpos son sonoros: cada uno ha sido elaborado con tecnologías cerámicas autóctonas para producir sonido. Algunas de estas vasijas funcionan con la presión del agua, otras se pueden “tocar” con la respiración. Cada una sigue un linaje específico de vasijas silbadoras que prosperaron en Mesoamérica y Sudamérica desde aproximadamente 1300 a. C. hasta 1500 d. C.






